martes, 12 de abril de 2016






         CELEBREMOS


Abrazate  a mi cintura y sueña

Quizás encuentres allí  quimeras

Cuándo seguirás mis pasos?

Sumérgete, recorramos juntos  el camino


      Y celebremos…

viernes, 12 de junio de 2015

Ahora




Ven …  cuando mi silencio te reclame
Dame ese beso  enfurecido.
Clava  esas palabras
Abrázame fuerte,
y no te vayas...

viernes, 7 de marzo de 2014

AUSENCIA

Cuando no escuches los pájaros,
y las sombras se hayan llevado los verdes,
la brisa traerá un lamento
de risas que no resuenan.
El vino se volverá triste en tu boca,
recordando cuánto te he amado.
Mis caricias cálidas
las traerá el sol del mediodía.
Busca en áquel campo
los besos que te he dado,
me sentirás tan cerca… como áquella tarde.

domingo, 1 de diciembre de 2013



Cuando me vaya.. otro poema mío integra la antología A Ras del Trino que Editorial Dunken selecciona , una caricia para el alma y un agradecimiento para la editorial.


viernes, 25 de octubre de 2013

MUDANZA


Mudarse es quitarse un poco la piel de encima….ayer terminé la mudanza de la casa en la que vivi 14 años…allí mis hijos terminaron de estudiar y fui testigo de sus años de noviazgo.
Era la casa para vivir el resto de mi vida, asÍ la construímos para nosotros, pero como dice el dicho uno propone y Dios dispone. Se fue mi compañero de ruta antes de tiempo y varada en el camino tratando de seguir adelante y no encontrando sentido a quedarme decidí dejarla ir…si dejarla ir eso hice.
Primero me aferre a ella y a todo lo que contenía, recuerdos de infancia , recuerdos de mis hijos …sus primeros zapatitos, sus vestidos, los cuadernos, sus juguetes …también guardé con esmero las cosas de mi madre..allí estaban sin sentido quietas .
Primero comencé a embalar tratando de guardar todo…mi vestido de novia, el ramo, las cartas….me dí cuenta que tenía que dejar ir todo eso…los recuerdos están en la memoria y no allí.
Comencé a deshacerme de todo, regalé, dí , tiré….y lloré si lloré por todo lo perdido.
Quise empezar en un nuevo lugar, sin llevar mochilas que pesen. Primero dolió dejar ciertas cosas pero luego fue liberador.
Ayer entregué la casa…una familia joven con niños la disfrutará como se merece, yo en otro lugar comenzando  otra etapa que creo también merezco.
Desprenderse…eso aprendí….estoy más liviana. Espero que el dolor de cuerpo y  la tensión de estos días pase.
Mudanza es cambio …transformación y    cambié.

 

 

 

jueves, 10 de octubre de 2013

ROMA


Llegué a Roma después de trece horas de vuelo, mal dormida, pero feliz de respirar aire italiano, no hay nada que hacer la sangre tira…como decía papá…
Ansiosa por llegar al departamento que me habían prestado, tomé un taxi, de paso me familiarizaba con el paisaje de la ciudad. Al llegar una amable señora me dio la bienvenida en un italiano que no dejaba de tener una entonación extraña, me aclaró que era originaria de Filipinas, pero hacía muchos años que vivía en Roma. Me explicó brevemente el funcionamiento del departamento, las tiendas de comestibles que había cerca y se fue…Allí parada en medio de la sala, comencé a observar con detenimiento a mi alrededor…un edificio antiguo …cuidado, pero no dejaba de tener un aroma extraño…ubicado cerca del Campo Dei Fiori. Dejé mis bártulos, salí a caminar y llegue a aquel mercado, lleno de gente, bulliciosa, ofreciendo su mercadería, tentadoramente expuesta las verduras, las pastas…El aroma del café me tentó, busque un bar, un humeante capuchino junto con un corneto fue mi preciado desayuno. Quería absorber todo lo que veía, la gente tan expresiva, hablaban en voz alta, y ahí me sentí completamente identificada…con el tono de mi voz. Recorrí cada puesto, cada tienda, lentamente emprendí el regreso, las horas de vuelo se hacían sentir, necesitaba un descanso.
Al acostarme me sentí extraña, rodeada de las cosas, recuerdos que fueron importantes para la dueña de aquel lugar…que habrá pensado al comprar cada libro que formaba parte de su biblioteca que coronaba cual altar su cama…cuadros y muebles chinos… detalles de lugares en los que había estado…
Por un momento me sentí usurpadora, me acerqué a su fotografía, una bella mujer, culta, independiente, supe que había sido cineasta, allí estaban los libros de grandes del cine…
Asomada a la ventana, pensé , cuantas veces ella habrá hecho lo mismo, mirando la centenaria iglesia que había frente a su casa, Santa Catherina…
Sentí una profunda tristeza, por aquella mujer…que murió sola…porque sus últimos parientes estaban muy lejos de allí…
Comencé a pensar en mi vida, que pensarán cuando ya no esté, que harán con mis cosas, recuerdos que hoy atesoro serán mirados con respeto? Lo mejor de mí lo dejaré en sus corazones, lo mejor que viví lo llevaré conmigo…
Con el último pensamiento agradecí su generosa hospitalidad…cerré los ojos y me dormí.



Lia

ROMANTICA VENEZIA


El tren llegaba a Venecia y la visión de las islas me emocionó. Tantas expectativas, al llegar. Tomamos las valijas y comenzamos a buscar el hotel ya reservado. ¿cómo encontrar su dirección, entre esas callejuelas?.
Nos acercamos a un empleado de la estación. Amablemente, nos explicó que el hotel, estaba ubicado a cincuenta metros de allí.
Dejamos todo en la habitación asignada, y como chicos impacientes, salimos en busca de la Plaza San Marco.
- Vayan caminando - nos dijo el conserje- son veinte minutos a pie.
Con entusiasmo, mirábamos cada callecita, cada puente. Las góndolas, pasaban románticamente por los canales. Esos veinte minutos de caminata recomendada…!fueron tres horas!. Cuando casi desfallecía de cansancio, llegamos a la Plaza San Marco, que majestuosa, se presentaba a nosotros. Rubén, se sentó en medio de la plaza, observando todo lo que lo rodeaba. Las palomas revoloteaban en una danza ritual sobre las cabezas de los turistas.
Yo, deseaba un paseo en góndola. Después de pensarlo durante toda la mañana, ya que era costoso, negociamos con un gondolero, y lo hicimos.
Que más se puede pedir, un paseo romántico…en el atardecer de Venecia….
Lo que el gondolero no explicó, es que la marea estaba baja, y la distancia entre el muelle y la barca, era en ese momento, enorme. Feliz por el paseo que habíamos hecho, traté de subir, justo en un momento de oleaje importante. Con una pié en el muelle, y el otro en la góndola, fue imposible hacer pie firme, y quedé suspendida, viendo con desesperación, el agua debajo. Abrazada a uno de los altos maderos de la dársena, no podía hacer ningún movimiento, paralizada por el susto. Quizás, más asustados estaban Rubén y el pobre gondolero. que no podían terminar de subirme al muelle, empujándome desde atrás y sosteniéndome a la vez, para que no cayera al agua. No sé, cómo lograron hacerlo, pero lo hicieron. Ya sobre el muelle, respiré aliviada, viendo que mis manos sangraban, por tanto aferrarme al astilloso, pero salvador madero.
Hermosa Venecia, ciudad romántica y misteriosa…pero Góndolas… ¡¡nunca más!!