Llegó con su bolso de lona y un gran sombrero, le
tapaba casi por completo el rostro. Estuvo titubeando unos minutos miró a su
alrededor, a esa hora no había casi nadie en la playa, sólo algunos caminando
por la orilla , otros paseando perros .
Abrió su silla playera y se sentó, suavemente se sacó
la túnica .
No era joven,
no podía adivinar su edad, supuse
cerca de los cincuenta, rubia,
con un dejo triste en el rostro. Una malla enteriza cubría su cuerpo con unos kilos demás.
Su mirada se fijo en el mar, quizás recordando viejos tiempos, en los que
fue feliz, completamente feliz, añorando aquello, se dirigió al mar,
tímidamente tocó el agua, la espuma bañaba sus pies, siguió caminando, más
adentro, más , más…
De pronto un grito -abuela!!!!!! Giró su rostro,
sonrió mirando al dulce niño pelirrojo
que corría hacia ella, chapoteando en el agua la abrazo, ella lanzo una risa
alegre, el día cambió.